Ganar y sus sensaciones

Estas pocas palabras tienen casi el formato de una carta abierta a los distinguidos lectores del blog. Por supuesto que la referencia es hacia el partido de dobles jugado en la tarde de ayer, en el club Regatas. Y no lo tomen como una respuesta hacia el doctor Ferretti, de quien tengo un enorme respeto como profesional de la medicina.

Ante todo, amigos, debo reconocer que no fue el triunfo soñado. Ni mucho menos. Pero un abandono como el que protagonizó el doctor Ferretti (Tatán) merece algun tipo de evaluación. Se trata de una persona inteligente y si se fue del partido cuando sacaba para ganar (0-30, por cierto) es porque vio que la pareja rival estaba viva. Caso contrario no se entiende su actitud.

Ustedes preguntaran por qué del festejo. Aclaro que no fue euforia desmedida, apenas alcanzar un pequeño objetivo por el que se ha trabajado mucho. Y las formas (del triunfo) si bien son importantes, pasan a ser relativas cuando algunos ganan, y otros pierden. La única realidad. En todo caso es análisis para especialistas, nada más.

Si Tatán se fue vio algo, más allá de su dolor. Y yo les voy a decir que vio: En un cruce de miradas con mi compañero, el bombardero del canelón (pichi), y con el partido 3-6/3-5, noté en sus ojos que estábamos vivos. Era pura fiereza y confianza, pura rebeldía para dar vuelta la situación, además físicamente nos preparamos para aguantar cinco sets, y anímicamente no nos habían podido quebrar. Eso lo sintió Tatán, creo que el Pato (de aceptable juego) también y por eso no presentaron pelea final. "No puedo seguir", es la frase que conduce al fracaso.

PD: Gracias por la atención, y aprovecho para saludar y felicitar al colega Fernando González quien el domingo vivió una situación similar ante Mónaco.

Un deporte como el tenis, requiere mucho más que talento. Un atleta en serio, debe entenderlo.